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jueves, 3 de octubre de 2013

Capítulo siete: La pelea final con "El Matador"

Llevaría a cabo este acto final para dar fin a la historia de amor entre Lucy y yo. Tomé el último zombie que quedaba en el hotel y lo dejé agonizando, con cuidado de que no me grabaran. Lo arrastré hasta el hotel y desperté a Lucy con los gruñidos. Está saltó de la cama y se subió al cabezal de la cama... Mostrándome todas sus bragas:

-¡Ay, Marshall! ¡Qué hace ese zombie ahí!

-Calma, calma... Espera...

Y le expliqué todo el plan. Empecé a gritar:

-¡Lucy, ya no podemos estar de aliados! ¡MUERE!

Saqué mi katana y... Sangre por todas partes... En la ventana, en las puertas... Por todo lados... Salí yo solo de la habitación... Dios... No... Sangre de Lucy... Pero debía acabar con Miguel... Esperé en el recibidor para la ventisca y... Salí al raso a por ese desgraciado. Tomé un megáfono del hotel y puse a gritar:

-¡MIGUEL! ¡SAL A LUCHAR, ASQUEROSO!

Y este raudo como un toro salió a por mi con una espada de "Matador" español:

-¡JAJA! ¡Soy el más fuerte! Y lograré esa plaza para la "Liga Zombie"

-¡TÚ NO TIENES MOTIVOS PARA IR! ¡YO LUCHARÉ, Y ACABARÉ CONTIGO!

-¿Sabes, hermano? Yo soy... Ex de Catherine... Y quiero volver con ella, así que estamos en el mismo atolladero

Y esto me ardió la sangre.

-¡VAMOS, FARRUQUITO DE MIERDA! ¡VEN A DEMOSTRARME TU ARTE ESPAÑOLA!

Miguel era muy rápido, me toreaba con un pañuelo rojo. Me sentía ridículo.

-¡ESTOCADA MORTAL!- gritó y me arrojó su pañuelo en la cara, cegándome. Intentó apuñalarme pero no lo logró porque me eché hacia atrás a tiempo.

-Ya no te quedan más trucos, asqueroso...- mascullé. Tomé mi katana y le quise perforar su cuello pero... Lo único que recuerdo de ese instante es que él me enganchó del cuello desde la espalda, dejándome lentamente sin aire:

-¿Sabes? Creo que te mataré así... Ahogándote...

Empecé a llorar... Por ser más débil que el ex de Catherine, por no poder salvarla y por haber matado a mi mejor y única amiga, Lucy. Sería mi fin... Cierro los ojos...
...
No. No es hora de compadecerse... Abro los ojos y... Veo un puñal en el suelo. Arrastro este con fuerza y se lo clavo incidente a su pie. Este chilla y me suelta. Aprovecho y tomo su espada de matador, y viendo que está inclinado a 90º grados... Se me ocurre hacer una buena insinuación, pego un enorme salto, alzo la espada y grito:

-¡Ole!

Y después de eso, su corazón, pulmones e intestino delgado fueron atravesados por una larga espada de torero. Vaya, con el toro se habría oído un largo coro de "oles", pero con el torero que se dedica a torturarlos solo oigo silencio. Este cae arrodillándose y murmura:

-E-Enhorabuena... C-Cuida de mi Cather...

No pudo ni acabar la frase, le atravesé la cara con la katana:

-¿TU Catherine? Ninguna mujer tiene dueño, asqueroso español. Vuelve de donde tus sucias lenguas machistas han venido.

Justo cuando acabo, suena una trompeta. El clima se resclarece y silencio. Un zombie que parece de una categoría bastante alta empieza a aplaudir, y otro, y otro... Tanto que se oye desde mi posición. El Rey Zombie habla:

-Enhorabuena, Marshall. Eres el último superviviente y el único digno de entrar en nuestra liga. Podrás saber como vivimos y pensamos durante una semana para luego... Enviarte a luchar contra nuestros 6 zombies más poderosos del reino. Y entonces serás el merecedor de tu premio... Te espero en el estadio.

Caminé lentamente, lleno de armas y rodeado de zombies que murmuraban a mi alrededor. Llegué al Bernabeu y habían implantado un ascensor de poleas para subirme... Pero antes de poder entrar, me encadenaron cuello, muñecas y pies. Me acompañaban dos zombies que parecían bastante robustos... Las poleas se hacían contrapeso con Zombies Primarios, mas estos obedecían a todo, incluso si era una acción suicida. Llegué arriba y vi el trono del rey... Y sorpresa, a Catherine y otra muchacha encadenadas al trono del rey. El rey bramó:

-¡Bienvenido, amiguito! Espero que no te moleste que estén mis dos hermosas esposas...-
¿E-Esposas? Mi ira salió a relucir en tan solo media milésima, retenido por los zombies:
-¡DESGRACIADO! ¡NI SE TE OCURRA MANOSEARLAS!

-Oh, descuida... Las he manoseado mucho... Observa...

Que puntería, toma a Catherine. Le masajea los pechos mientras esta gime mostrando su cosita con una minifalda blanca mínima. Eso me ponía a cien... Ver a mi chica así de sexy...
Pero no quería mirar, debería estar yo oliendo su perfume, devorando su espalda, desnudando su cuerpo...

Se detuvo y ordenó:

-Dejadlo en la Habitación del Vencedor.

Me arrojaron en una habitación como de hotel. Pero tenía chimenea, eso me basta. Encendí el fuego y me recosté contra el borde de este. Mañana empezaría mi larga velada de pelea.

[Buenos/as días/tardes/noches, amables lectores. Perdón si el capítulo es demasiado corto, pero es que precisamente este no había mucho más que decir. Después habrá más longitud. Firmado: Dante Moriarti.]

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