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viernes, 4 de octubre de 2013

Capítulo ocho: La encantadora de Serpientes y el Convivium.

Me desperté tras una decena de horas dormidas junto a la chimenea. Esto estaba plagado de cámaras. Aun que la habitación era muy bonita: todo era extrañamente blanco y limpio, con un par de lámparas en las mesitas de noche color madera de ébano, la chimenea en piedra gris y el frío baño en mármol. Un zombie tocó la puerta y me comunicó:

-El Rey Zombie ha convocado un "Convivium" en el Gran Salón a las 10 de la noche. Son las 5 de la tarde, por lo que hasta entonces puede hacer lo que le venga en gana salvo salir del recinto. Que tenga buena estancia-. Escuché los pasos del zombie alejarse e hice lo que me recomendó, salir de la habitación a conocer el ambiente. Deposité mis armas en el cabezal de la cama y salí de la habitación. Un largo pasillo con una alfombra roja se cernía a mi alrededor. ¿Habrá otro ser humano?

-Esto... Disculpe...- me dijo una voz dulce y joven.

-¿Sí?- me giré y... ¡AHH! ¿Qué le han hecho a la señorita? Solo tiene una minifalda blanca con un borde azul y un top que le deja ver todo el pecho. Dios santo, ¿qué clase de obsesos hay aquí?

-¿P-Puedo limpiar su habitación?

-Está impecable. Además, no puedo permitir que haga muchos esfuerzos. Pero gracias por la invitación.

Aquella sirvienta enrojeció con ganas, sonriendo suavemente. Qué raro... Ni que le hubiera regalado nada.

-Bueno, tengo prisa- dije a la sirvienta -pase buena tarde.

-¡I-Igualmente!- respondió haciendo una reverencia.

Llegué al final del pasillo y... Horror para mis ojos: Los zombies vivían en plena normalidad y los humanos les servían vestidos con muy discretos trajes los hombres y con casi nada las mujeres. Me ponía enfermo. Debía acabar con esta asquerosa sub-cultura:

-¡Pssst!- hizo alguien, atrayendo mi atención hacia una zona de sombras -¡Tú, campeón!

Me adentré lentamente y vi a cuatro zombies hembras vestidas con corsets atrevidos y la que me había llamado empezó a hablar:

-¿Quieres pasar un buen rato, encanto?

-Uy, no, muy amable...- me giré para marcharme, pero una me tomó de los hombros, impidiendo irme:

-Eh, eh... No seas así, te va a encantar... Y tan solo por lamer tu cuerpo...

-Déjeme en paz- dije serio.

-Muy bien, chicas- dijo la que parecía ser la líder -si no quiere cooperar... Que sea a la fuerza...-
Y en menos que canta un gallo me tenían de frente contra la pared... Mierda, mis armas... Una de esas asquerosas empezó a lamer mi cuello lentamente:

-A-Agh... Basta...- y pegué un guantazo sin querer a la misma zombie. Todas se enfadaron y se abalanzaron contra mí. Me puse en pose de combate cuerpo a cuerpo y... Puñetazo a una, pero las otras tres se me suben al cuello... Hasta que un fino cuchillo se le incrusta a una en la nuca:

-¡Mierda, la encantadora de serpientes! ¡Hay que huir!

Y corrieron a toda pastilla, huyendo del lugar. Entre las sombras, salió una enorme "Vampa Negra" y se acercaba lentamente hacia mí. Dios santo, era la primera vez que veía una. Trepó por mi pierna lentamente:
-N-No te muevas... Que no te vea tenso...- murmuré temblando suavemente. La serpiente subió hasta mi hombro y... Lamió suavemente mi cuello...

-Anda, Dirk, no seas descortés- dijo una voz femenina. Al nombre de Dirk, la gran serpiente bajó de mi cuerpo al instante, reptando hacia las sombras de nuevo, desapareciendo. Entre las sombras, vi unos enormes ojos amarillos brillar hacia mí:

-Espero que no te haya asustado...

-Oh, no... Qué va.

-¿No? Pues estás temblando. ¿Que hacesss en mi territorio?- murmuró siseando.

-Pues...- y le conté toda la historia: Como llegué a participar, como acabé con todos y como llegué a la "Liga Zombie". Y todo esto mientras esos enigmáticos ojos amarillos me analizaban lentamente:
-Vaya... Así que tú eres el actual campeón que luchará por nosotros esta vez.

-¿E-Esta vez?- pregunté intrigado.

-Yo fui la campeona del año pasado.

Y lo entendí. No había estado dormido solo cuatro meses, sino un año y cuatro meses.

-Llegué a vencer a todos mis rivales con mis conocimientos sobre el veneno. Pero los zombies jugaron injustamente y me vencieron en la Liga Zombie. Como castigo, jugaron a experimentos genéticos conmigo... Yo tuve suerte, pero hay muchos otros que no...
Y avanzó lentamente con la "Vampa Negra" entre su fino cuello. Maldición, además de lista y mortífera, guapa: Pelo azul oscuro hasta su cuello, ojos amarillos muy brillantes, un rostro serio y una piel pálida. Vestía con una blusa azul oscura que marcaba sus enormes pechos, sus apretados leggings negros daban la impresión de que estaba desnuda, y sus botas eran negras con tacones de aguja magnética.

-Vaya, tienes toda la razón.

-He visto como luchas. Y eres bueno. Muy bueno. Pero estabas distraído. Necesitas concentración y estirar tus habilidades.

Tomó mis manos y las colocó entre sus costillas, justo bajo su pecho... Dios..
.
-¿Entonces me vas a ayudar?

-Claro, Y lo único que te pido es lo siguiente: Si logras vencerles, quiero que acabes con el Rey Zombie y me hagas gobernadora del Nuevo Mundo. Yo sé la forma de crear un antídoto, pero necesito ayuda de todas partes del mundo. Y para ganar... Te enseñaré nociones básicas y avanzadas sobre la composición de veneno, los puntos más sensibles de los zombies y te enseñaré a usar y fabricar armas ocultas como esta...- y en tan solo un segundo colocó su pierna sobre mi hombro y me mostró un afilado y puntiagudo cuchillo en la punta de su zapato. Pude haber muerto si fuese un zombie.

-Vaya... Qué interesante...- dije lentamente. Pero se me había hecho tarde, ya eran las 8 y debía al menos cambiarme de ropa... Así que se me ocurrió algo:

-Disculpa, tengo que marcharme, pero mañana empezará el entrenamiento. Por hoy, duerme en mi habitación.

-¿De veras? Muchas gracias, será mejor que dormir en mi nido...- murmuró, le di el número de habitación y estuve a punto de salir del callejón, pero, me giré:

-Por cierto, soy Marshall

-Ya lo sé. Yo me llamo Hebi. Pero me llaman "Rabbit"- dijo sonriente.

-Nos veremos en la habitación, Rabbit.

Llegué a mi habitación y respiré aliviado. Madre santa, esa chica era pura lujuria... Bueno, concéntrate. Me duché y me vestí con lo que había en el armario. Era un solo traje, pero era idéntico al mío, pero en perfecto estado. Me lo puse y me quedé un rato a la vera de la chimenea. Ya eran las nueve.
Alguien tocó mi puerta. Era el zombie de antes:

-Es la hora del "Convivium", señor Marshall. ¿Está ahí?

Abrí la puerta, pero esta vez estaba acompañado y con unos grilletes. Ya veo, siguen creyendo que soy peligroso. Me lo pusieron todo y me llevaron lentamente al "Gran Salón". Estaba decorado con muchos de los cuadros famosos pintados de nuevo al estilo zombie. Un ejemplo era ver que en la "Última Cena" en vez de Jesús y sus doce apóstoles estaba el Rey Zombie y sus once consejeros más una mujer. Era la compañera de Catherine en su trono. Me pusieron las esposas para las manos y los pies en una silla. Estaba al lado del Rey Zombie, Catherine atada a la pata de la silla y de uno de sus consejeros llamado "Seth". Era probable que fuera el Seth egipcio, mas tenía su tocado dorado y un cetro dorado con rubíes en forma de cobra. Frente a mí se sentaba uno de mis oponentes, la valquiria zombie más fuerte de todo el reino: la llamaban "La Reina de los Cuchillos", mas era una maestra con ellos. Ella estaría en la tercera ronda. En fin, todos se reunieron lentamente y el Rey Zombie se alzó de su trono para hablar:

-¡Queridos hermanos! ¡Estamos aquí reunidos un año más para la cena inaugural de "La Liga Zombie II". Y esta vez, ya no es Hebi para luchar. Tenemos al campeón actual... ¡Marshall!- todos aplaudieron mientras yo no me movía del sitio, mas si lo hubiese querido, no lo habría logrado.

-Y... Bueno, este pequeño campeón sabrá más sobre nuestra cultura, mas tendrá una hora diaria para indagar en la "Zombioteca". Y... Bueno, nada más. Disfrutad de la cena. Yo cenaré un poquito de... Pechugas y muslo... Más tarde- y miró con lascivia a Catherine. Frené mi ira esta vez, mas yo también tendría un aperitivo... Y nos pusieron el primer plato: Corazones de Pollo en una brocheta. Oh, dios mío... Esto es para minarme la moral... Un zombie me toma la brocheta y me da de comer... Vaya, creí que sería peor, pero finjo disgusto para que no me cambien la comida. El segundo plato era bastante horrible: Cerebro a la plancha limpio de materia gris y con salsa de tomate casera. Me dio de comer y... Dios, aquí no podía fingir disgusto, estaba a punto de vomitar realmente. Pero bueno... Lo pasé. Y el postre era lo último, pero esto no podía fallar, mas era un pequeño helado de vainilla con trufas de chocolate. Me sentía bajo de energías... Mas la comida era horrible, mi chica tomada por mi mayor oponente y era vulnerable a cualquiera. Pero decidí tomármelo con optimismo, mas si derrocaba al rey, salvaría el mundo. En fin, otra situación me ayudó mucho. Mientras recogían, el Rey Zombie ordenó:

-¡Cathy! ¡Angela! Recogedlo todo. Me voy a mis aposentos.

Se levantó y se marchó. A mí me desató un zombie y se largaron todos. Solo quedaron Angela, Catherine y yo... Por lo que aproveché y ordené:

-¡Tú, la del pelo oscuro! ¡Recoge mi plato!

Y Catherine siguiendo mi juego se acercó y cuando se agachó para recoger mi plato, la besé profundamente. Oh, mi Catherine... Sentía nuestro amor mezclarse en uno de un solo beso. Me separé rápido y me fui a mi habitación, donde me esperaba otro premio: Ver en ropa interior a Rabbit. Esa mujer estaba coqueteando, y se notaba. Estaba sentada en la cama con una ropa interior negra de encaje, dando a resalir sus magníficos atributos. Me excité de golpe, pero decidí controlarme por esta noche, mas su Vampa Negra no parecía muy por la labor. Me tumbé a su lado y acaricié su mano:

-Oye, Rabbit... Muchas gracias por ayudarme con esto... Debió ser muy difícil esto de ser transformada en un híbrido...

-Ah, no se está tan mal... Tienes ventajas de ambos...- murmuró paseando sus dedos entre mi cintura. Madre santa... Tengo ganas de morder sus labios y hacerla mía... Pero hoy mejor no. Besé su mejilla y sonreí amablemente:

-Buenas noches, Hebi-Chan.

Y... Reposé en ese extraño mundo.

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