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sábado, 14 de septiembre de 2013

Capítulo dos: Balada triste de bajo.

El segundo edificio del bloque era un hotel, pero tuve suerte para llegar a subir al séptimo piso, mas eso estaba plagado de zombies. Fue muy extraño, por que a pesar de que nos vieron con claridad, no nos atacaron. En fin, abrí una habitación gracias a la motosierra de Lucy, abrimos y la cerramos a nuestras espaldas. Resoplé algo cansado:
 
-Esperaremos hasta que las llaves hayan desaparecido...- me senté débilmente contra la puerta... Estaba agotado, pero... Me seguía extrañando el hecho de que no hayamos muerto contra los zombies... Ahora que estoy a salvo, ya sé el motivo, pero antes hice unas cuantas teorías al respecto: 

1- No todos los zombies son igual de mortíferos.
1.1- Los más primarios no pueden ver.
1.2- Los que llevan un mes, pueden ver, pero no hablar.
1.3- El rey zombie es el Zombie Cero. 
2- No han raptado a todas las chicas [?]
3- Su punto vital: Cabeza. 

Textualmente escribí eso, me levanté y pude ver que Lucy miraba por la ventana. Pregunté:
 
-¿Cómo van?

-Menos mal que vinimos ahora. Los zombies están pillando a muchos...

Me acerqué a la ventana y vi como la última llave colgaba, una chica rubia se deslizó a toda velocidad y salió tan rápido igual. Una alarma resonó por toda la ciudad, Lucy afirmó:

-El Rey Zombie va a hablar. Prende la tele y pon el 1.

Hice caso y lo vi, vi su rostro desfigurado hablar y descomponerse ante mis ojos: 

-A los 20 que han capturado las llaves, ¡enhorabuena! ¡Habéis accedido a la "Liga Superior"! Aun que... Lamentablemente, solo puede quedar uno para que vaya a luchar en nombre de los humanos... Así que... ¡Qué sobreviva el más fuerte!

Rótulo del símbolo de "Peligro Nuclear" y corte de imagen. Miré a Lucy, sabía que tendría que matarla... Pero hay algo que me interrumpe... En la televisión, aparece una cámara de uno de los supervivientes andando por las calles y matando zombies magistralmente. "Madre mía, no me gustaría toparme con ese..." pensé. 
Otra cosa me interrumpió, y era el ruido de un bajo muy muy fuerte... Era una melodía triste y venía desde muy lejos. Una media hora desde la posición. Decidí ir a mirar por si acaso era un amigo con quien juntarse... Solo dije:

-Quieta aquí. Protege la habitación- y fui hacia el sonido del bajo. Lo vi... Era la chica de pelo rubio que cogió la última llave. Estaba sentada sobre una lápida. Cantaba lentamente:

"Nadie puede salvar el sufrimiento que tengo,
Mas mi familia se fue muy muy lejos.
Donde no puedo ni siquiera tocarles,
Pero hasta que no acabe mi sufrimiento, no podré ni alcanzarles..."

Me acerqué lentamente y murmuré: 

-Lo siento...

-¿Porqué lo sientes?- preguntó levantándose lentamente y acercándose... Tenía una ropa muy insinuante, un vestido corto dorado muy escotado y apretado, pero... Sé que ella va a por mí, no puedo dejarme eliminar... Me alejé un paso hacia atrás y dije: 

-Tu familia...

-¿Puedes darme un abrazo?- preguntó extendiendo uno de sus brazos. Asentí y la abracé... Pero, apenas tocó mi espalda con ambas manos, sentí un dolor penetrante en la espalda. Quise gritar, pero mi grito fue ahogado. La chica sonrió y me murmuró al oído: 

-Regla número 1 de la Sociedad Zombie. Nunca te fíes de un desconocido.

Ella empezó a bailar suavemente entre aquel cementerio, no podía moverme y me dejaba mover por aquella condesa mortal. En un momento del baile, me empujó suavemente y me caí en un agujero. Era un foso de cadáveres... Iba a morir... Miré el último rostro que iba a ver toda mi vida mientras sonreía con maldad: 
-Ya que vas a morir, te contaré mi dantesca historia: 

"El 15 de marzo fue cuando me volví en quién me ves. Yo antes era una niña mona que hacía derretir a los hombres y envidiar a las mujeres. Pero aquel mismo día, cuando volví a casa, mi hermano se había vuelto un zombie, y pude ver como lentamente devoró a mi padre, a mi hermana pequeña y a mi madre. No volví a ser la misma, tomé un trinchante bien afilado y acabé con mi propio hermano... Ya no podía querer a nadie, mi alma se oscureció para siempre..." y ahora...- dijo mientras los gruñidos lentamente se acercaban aquí -... tú perderás tu corazón frente a los zombies.

Yo no pude interrumpir... Sería mi fin, mas aquella mujer se empezó a reír hasta que... Algo la empujó al foso y se me cayó encima:

-¡Por dios, Marshall! ¡Eres patético!

Lucy. Me vino a rescatar... Gemí un poco y empecé a escalar por el foso, intentando huir, pero la otra chica tiraba de mi camiseta por detrás:

-¡O mueres tú, o moriremos los dos!- chillaba. No lo podía soportar, como ella dijo en su historia, mi alma se oscureció... Creí que quedarían supervivientes buenos... Pero no, todos excepto Lucy eran malos... Saqué mi katana y le pegué un fuerte corte en su estómago, rasgando su vestido. Pude murmurar mientras la mano de Lucy aparecía:

-Púdrete en el infierno. Serás guapa por fuera, pero estás consumada por dentro...

Me estrechó la mano y tiró de mí. Pude ver como ella seguía tocando el bajo y los zombies primarios se acercaban al sonido del bajo. Se cayeron dentro del foso y... Lo que ocurrió fue terrible... Pero no lo descubrí hasta ver las grabaciones. Lucy me acompañó sosteniéndome por el hombro mientras repetía una y otra vez "Idiota". Llegamos a la habitación y me dijo: 

-Quítate la ropa.

-¡Wow, wow! ¿No me vas a invitar a cenar antes, Lucy?

-Es para curarte, idiota.

No me gustó esa respuesta, no me gustaba que una de las pocas personas que me entendía me hablara así... Me quité toda la ropa y me quedé a torso desnudo. Le di la espalda a Lucy y me desinfectó la herida, a lo cual me quejé mucho. Me puso puntos y acarició mis hombros lentamente: 

-No vuelvas a fiarte de nadie que no sea yo...
-Ya... Pero tendremos que...

-Cállate. -murmuró y besó mi mejilla para que no rechistara más -hoy por hoy, dejémoslo estar.
 
Sonreí. Me sentí en calma durante 30 segundos, hasta que la tele mostró las imágenes ocurridas en el cementerio y al final un comunicado del Rey Zombie:

-No es aconsejable luchar por las noches. Id a dormir, o los zombies primarios os comerán. Mañana seguiremos... y pude ver en un reflejo un cuarto de rostro... Era Catherine... Dios, seguía viva... Pero... Esclava de ese asqueroso...

-Te prometo que acabaré con ese hijo de puta... murmuré antes de irme a la cama.

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